Si tienen hijos

  • Sin hacerles sentir como "malos padres", recuérdales que un padre violento perjudica el bienestar de los niños. Si tu amigo tiene hijos, es mucho más difícil poner fin a una relación abusiva y al contacto con esa persona. A menudo los niños son utilizados como "chantaje" por el maltratador para controlar a su pareja, incluso después de haber terminado la relación.

  • Incluso cuando la pareja de tu amigo no hace daño a los niños, éstos seguirán viéndose afectados por vivir en un hogar violento. Hay una línea muy fina entre no hacer que tu amigo se sienta culpable y hacer que sea consciente de los efectos perjudiciales para los niños de estar en un hogar violento. Cuando hay niños de por medio, es aún más importante que ayudes a tu amigo a salir de la relación violenta. Ayúdale a entender que dejar a una pareja violenta no priva a los niños de un padre. Al contrario, les evita vivir en un clima de miedo y ansiedad.

  • Si el hijo de un amigo habla de la violencia y el maltrato en casa, es poco probable que esté mintiendo. Los niños pueden tener menos inhibiciones para hablar de los abusos que se producen en casa. Escúchalos con atención.

  • Dependiendo de la legislación de su país (por ejemplo, la custodia de los hijos) y de su propia situación, es posible que quieran seguir con el maltratador y no hay nada que puedas hacer al respecto. Lo único que puedes hacer es aconsejarles sobre cómo sobrellevar mejor el trauma cotidiano y cómo ayudar a los niños a superarlo.

La NSPCC (Reino Unido) pone a disposición diferentes tablones de mensajes en los que niños y jóvenes comparten sus experiencias sobre su vida y puedan recibir apoyo. Otros países pueden hacer lo mismo. Estos foros permiten a los jóvenes hablar libremente de lo que les ocurre y leer las experiencias de otros niños para aprender de otros que se enfrentan a situaciones similares.

No digas

“... ¿Qué? ¡Exacto! Voy a llamar a mi primo e iremos a solucionarlo".

"... ¡De ninguna manera! ¡¿De verdad?! ¡Parecen tan monos juntos!"

"... ¡Oh, Dios mío, normalmente eres mucho más fuerte!"

"... Has sido un estúpido."

"... ¿Y no has hecho nada?"

"... ¿En qué estabas pensando?"

"... Yo no habría hecho eso."

Y sobre todo: No hables de tu amigo y de su situación con nadie más sin su consentimiento. Aunque creas que sólo estás tratando de ayudar, es muy importante respetar su privacidad. Tu amigo tiene que poder confiar plenamente en ti.

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